Hay veces que la magia surge de los encuentros más inesperados. Así comenzó mi aventura con La Casita de las Empanadas y Leo, su alma mater. Lo que empezó como un encargo para crear un mural a mano en su nuevo local, floreció en algo mucho más especial: la oportunidad de dar nueva vida a una marca familiar manteniendo intacta su esencia argentina.

La historia detrás del diseño
Cuando conocí a Leo, tenía claro que quería expandir su negocio con un nuevo restaurante y había contactado con una diseñadora de interiores. Al ver su imagen de marca actual, supe que podíamos hacer algo precioso juntos que potenciara todo lo bueno que ya tenían. Lo más bonito fue cómo Leo confió en la idea de hacer un rebranding que respetara el espíritu familiar del negocio.

El proceso creativo
Crear la nueva imagen fue como tejer un puente entre sus raíces argentinas y su futuro. Me preocupé especialmente de que el nuevo diseño naciera del corazón de su marca original, esa que habían creado en familia y a la que tenían tanto cariño. Para mostrarles este proceso de evolución, creé una imagen que ilustraba el viaje creativo desde su logo original hasta la nueva propuesta. ¡La familia al completo votó con entusiasmo por el nuevo diseño!

Los colores de dos mundos
Inspirándome en los colores de la bandera argentina, desarrollamos una paleta que no solo honraba sus raíces, sino que permitió una colaboración maravillosa con Carol Sánchez (carolsanchez.es), una interiorista con un talento extraordinario para entender la esencia de cada proyecto. Trabajar mano a mano con Carol fue una experiencia increíble - mientras ella transformaba el espacio interior, yo me aseguraba de que cada elemento visual, desde el logo hasta los murales que pinté posteriormente, formara parte de una historia coherente y armoniosa. Es asombroso lo que puede surgir cuando dos profesionales creativas se unen con un objetivo común.