Hay ideas que nacen de las conversaciones más cotidianas, como la que surgió un 14 de febrero sobre una pincha de tortilla en el Centro Botín. Junto a Deva Carmona, organizadora de eventos, compartíamos una preocupación: ¿cómo encontrar el amor fuera del mundo digital? Para dos románticas con alergia a las apps de citas, la respuesta tenía que estar en la vida real.

La historia detrás del diseño
Inspirándonos en tradiciones románticas como el lenguaje secreto de las flores y los abanicos, quisimos crear algo que permitiera identificar a quienes buscan amor en el mundo real. Junto con María Porras, diseñamos una marca que debía funcionar tanto como identidad visual como merchandising, un guiño moderno a las antiguas señales de cortejo.

El proceso creativo
El reto era crear algo que funcionara tanto para los extrovertidos que quieren anunciar su búsqueda a los cuatro vientos como para los tímidos que prefieren señales más sutiles. La solución: una marca moderna, limpia y elegante que pudiera adaptarse a diferentes personalidades y estilos.